El Ulises

Andate una corrida hasta lo de Mary, decile que vamos. Que capaz llegamos tarde pero vamos. Y los pies no daban a basto para comerse las 10 cuadras que separaban un día cualquiera del día que finalmente había llegado. Las topper lona blancas, las del colegio. Las que se compraron con la tarjeta de credifacil en el boliche del turco. Las que odiaba tanto como a los chetos de padua. En el bolsillo de atrás las estampitas de San Cayetano que tanto trabajo le daban. Porque cuando se le doblan las puntas la gente no las quiere. En las manos, mugre y ganas. Y los pies que no le alcanzan para saltar los charcos.

En la cuadra que viene vive la yani, la que tiene las tetas grandes. Pero él todavía no entiende por qué eso es tan importante para los pibes del barrio. El corre, total mañana va a ser distinto. El perro del Jony le sale al galope, saltando la zanja. El jony le grita perro el perro no le da bola. Lo corre, y casi lo alcanza. El cruza la avenida. Casi de refilón lo pechó el Torino, casí que lo escupió contra el refugio del bondi. Las estampitas vuelan por el aire y la gorda del kiosko que se agarra la cabeza. El Jony llega corriendo, y llorando. Pero a él no le importa, porque el sigue corriendo con las topper blancas.

5 comentarios:

morgana dijo...

Esto me hace acordar a tanto chico suelto por las yecas de padua, de capital, del abasto.
Algo parecido me producen los chicos con malabares. Si tenés ganas fijate que les escribí algo en mi blog que se llama Migraciones.
Bueno lo suyo.

Silencio dijo...

Me fije, Morgana.
Muy bonito su texto, por cierto. Como casi todo lo suyo que he leído.

Humanoide dijo...

Joyce.

Euja dijo...

me gustó mucho. garcias por pasarse y leerme. me quedo un rato aca también, porque me gusta su silencio.

Silencio dijo...

Humanoide.
y?

Euja.
Gracias por la visita.