Aldea Global

Habían tirado cascotes los vecinos, pero la calle era un barrial lo mismo. El intendente prometía un mejorado que nunca llegaba, ni siquiera la uña de gato pasaba por aquel rincón del conurbano. A 50 minutos del centro era imposible no chapalear en un chiquero. Por eso algunos vecinos, entre ingenio y torpeza, habían ido amontonado madera, ramas, plásticos y chapas para improvisar una vereda. Pero siempre que hacía viento el orden se alteraba y todas esas porquerías iban a parar al garage de La Delia. Entonces la vieja salía, emponchada en un cubrecama, y repetía cientos de veces la misma patada cortita para despejar de intrusos la entrada. Los pibes, que conocían el ritual, salían corriendo y la ayudaban. Y todo el barrio era un revoleo de cosas, con gritos y gastadas. La Delia, agitada se sentaba, y era toda un rezongo. "Te vas agarrar el tetano, largá esa chapa" le gritó una tarde al Julito. Y Doña Irma, que había salido para tapar el gallinero le dijo: No se preocupe, Delia. Que el Julito ni con toda la suerte del mundo agarra algo con teta.

11 comentarios:

guillerma dijo...

me encanta como escribis!

Silencio dijo...

Shizbou.
Gracias.

Anónimo dijo...

Anduve un rato paladeando sus textos...
Sólo del silencio surge la palabra sabrosa
y significativa
.
un placer pasear por aquí

Silencio dijo...

Clodet.
A mi me gustan sus blogs. Aunque no los visito muy seguido.

luks dijo...

muy bueno
y los demas tambien
saludos

Silencio dijo...

Anónimaux.
Graciela.

Joti dijo...

También llego a leerte y me suena esto tan tierno que me voy a quedar leyendote.

Un beso!

morgana dijo...

Debe ser un fallido, pero la vecina se llama "la Delia" ó "Delía"?
Quizá un desliz por los últimos acontecimientos...
Muy buen cuento.
Beso, M.

Silencio dijo...

Jota.
Pase tranquila.

Morgana.
Sin dudas.

EmmaPeel dijo...

Me gusta el tono de esta serie, Silencio. Congrats!

Silencio dijo...

Emma.
Un placer, como siempre.