Salida

40 pesos y un calzoncillo nuevo. Podría ser el nombre de una de esas cosas de Sofovich. ¿Cuántas putas se habrá cogido el rengo de mierda ese? Ojala fuese mi abuelo. Y Raúl se olió el sobaco por las dudas. Porque Marito le había dicho que no compre en el chino. Que perrean las cosas. Que pinchan los corchos de los vinos y los rellenan. Que en Merlo había un galpón donde armaban las cosas. Pero algo posta pasaba. Porque a la primera transpirada pulenta le arrancaba el perfume a fugazetta. Tocó el timbre sin sacar la mano de la campera. Y ahí estaba. En la puerta del pute que le había dicho el correntino. Preguntá por Yolanda, tiene la cueva como nena de 15. Y preguntó nomás, pero no estaba. Lo atendió Nicole, alta baqueta. Y mientras el Raúl se vestía ella le dijo: Amor… tenés descosido los calzones, se te van a escapar los compañeros. Y a él se le hicieron de vidrio los ojos. Porque nunca tuvo nadie que le cosa. Salvo la Gladys, que hasta en el puterío lo acosaba.