Diario

Había un poco de muerte en el fondo de aquel placard improvisado. La ropa de alguien, que desde otro tiempo, ya nada observa. Y la angustia enredada entre las fibras del tejido. Con el frío regando la ausencia, y las ganas. Un martes abierto en dos, a la intemperie, debajo del rocío y de la mirada del asco. Saliendo a esperar el 163, comiéndose los mocos. Practicando ese irse de a poco, como perdiendo el contorno. Hasta parecerse a todos, hasta dejar de ser alguien.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Intenté entrar y no pude. Que bueno que ahora puedo leer este siempre triste y cierto pero siempre bello blog tuyo.

Álvarez Gómez dijo...

Yo creo que eso que usted escribió es hermoso y temerario.

Silencio dijo...

Gabrielita.
Siempre será un placer, leerla y que me lea.

Alvarez.
Lo suyo merece admiración, silencio y un abrazo sostenido en el tiempo.

luks dijo...

tejiendo climas aqui, silencio, tu escritura.


q bueno leer de nuevo
saludos

Silencio dijo...

Luc.
Lindo acto el de tejer con el hilo de las palabras.